lunes, noviembre 27, 2006

La escuha de los indígenas

En Colombia, al norte, cerca del Caribe hay un lugar que se llama Santa Marta. Es un lugar donde el mar se encuentra con la montaña; una montaña alta, que no asciende progresivamente, sino todo lo contrario. Provoca una sensación de solemnidad y de algo inaccesible. La ascensión puede durar todo un día.
Los indígenas, los que tienen sus raíces allá arriba, en el cerro, han creado un camino largo, sonoro, y nada fácil de hacer, pero han facilitado el acceso a este lugar mágico.
Se trata de unos peldaños muy grandes, de piedra. Entre peldaño y peldaño hay dos o tres pasos.
A medida que se va subiendo, el mar queda cada vez más lejano. La superficie del agua brilla como algo cristalino, reflejando la luz del sol y parte de la silueta de la montaña. El agua no esconde nada, es clara y limpia, como un cristal en la superficie del mundo marino.
Vamos subiendo adentrándonos cada vez más en la montaña, y crece una visión muy ancha del transparente azul del mar, y al fondo... el horizonte.
Todo es silencio, sólo se siente la voz de los árboles y de los pequeños matorrales agitados por el viento, pero no sólo hay este sonido... los peldaños guardan un secreto, un secreto sonoro. Cada vez que ponemos el pie encima de un peldaño, éste hace un pequeño movimiento acompañado por un sonido, un sonido especial y único. Pisamos el siguiente y éste resuena también, y así se va creando una melodía traída por el viento que los indígenas oyen de lejos y, con su escuha, velan por su entorno, por su santuario, por sus casas...
Los peldaños de música resuenan uno detrás de otro anunciando la llegada de alguna persona...

2 comentarios:

FENOMENO FIZZ dijo...

bonito

y muy complicado expresarlo mejor

Carme Miró dijo...

Hola fenómeno fizz,
gracias por tu visita.
Me ha gustado visitar tu blog.

hasta pronto
Carme