La presencia de Joyce en un entorno musical desencadena múltiples interrogaciones. No querría acabar la semana sin dejar traslucir a la indefinible Finnegans Wake. Un desafío a la palabra, al ritmo, al sonido, al silencio...
Por cierto, cada 16 de junio se celebra en Dublín una pequeña excursión que sigue l’itinerario de Leopold Bloom, uno de los protagonistas d’Ulysses.
Y si os cansáis de leer al escritor irlandés, comprad la película Once, una cautivadora historia musical...seguro que os gusta...
viernes, noviembre 07, 2008
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2 comentarios:
Cuando a Joyce le preguntaron si con Finnegans Wake había tratado de fusionar música y literatura, respondió: "No, no, es pura música".
Varias veces en su vida estuvo Joyce a punto de convertirse en tenor profesional, pero lo más paradójico de su relación con la música es que si fue un absoluto radical y un avanzado en el terreno literario, en la música fue siempre un conservador recalcitrante...
Hola Pablo, muchas gracias por tu comentario.
Pienso que es una paradoja común en nuestra sociedad. Se suele ir a presentaciones de libros, al estreno de nuevas películas, por decir algo, pero los auditorios siguien estando semi-vacíos cuando se interpreta música contemporánea.
un saludo muy cordial
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